La primera vez que mis manos tocaron una cámara, contaba tan solo con catorce años. Fue en Londres, entre calles que susurraban historias y cielos cargados de promesas. Pasaba mis días capturando todo lo que mis ojos sabían que debía guardar: una mirada, una esquina, una emoción fugaz…Entonces, comprendí que detrás de cada imagen había un universo por descubrir, un lenguaje que podía hablar sin necesidad de palabras. Desde aquel momento, la cámara nunca se apartó de mi lado.

La pasión por la fotografía me llevó en 2020 a la Universidad Complutense de Madrid, donde inicié la carrera de Comunicación Audiovisual. Sin embargo, al terminar el grado, sentí que aún me queda mucho que aprender y conocer; fue así como decidí cursar el Máster en Fotografía Artística y Documental en la Escuela Universitaria de Artes TAI.

Siempre he sentido una gran vocación por lo social, por las realidades olvidadas, las voces silenciadas y por todo aquello que no se encuentra en los focos de los medios.

La música y el deporte han estado siempre presentes de una forma u otra en mi vida, lo que me acercó a la fotografía de prensa musical y deportiva, pero también a que mi arte se orientara hacia estos territorios. Mi cámara se convirtió en el puente entre lo cotidiano y lo inexplorado, entre lo visible y lo invisible.

Crear conciencia, trasladar al arte temas alejados de su marco habitual, o sumergirme en paisajes oníricos que rozan lo irreal, es lo que me inspira. Estas son las fuerzas que me impulsan a utilizar la fotografía como mi medio de expresión, para narrar historias que no siempre tienen cabida en el ruido del mundo.